Julio Ernesto Granda Zúñiga (Camaná-Perú, 1967), que contesta las preguntas mientras saluda por la ventana a los alumnos del colegio Areal de Camariñas, no es un ajedrecista al uso. Admite que a duras penas sabe utilizar un ordenador, sus limitados entrenamientos huyen de toda la parafernalia moderna y, aunque vive en continuo viaje por el mundo, se resiste a dejar de lado su tierra y su condición de agricultor. Sin embargo, ninguna de esas particularidades le ha impedido ser el primer gran maestro de su país y mantenerse, a los 46 años, como uno de los jugadores más veteranos entre los 100 mejores del mundo.
-¿Qué opina del formato y los escenarios elegidos para este torneo Entre Faros?
-La idea de hacer el torneo en tres faros me parece muy bonita y de lo más creativo que he visto. Había jugado en torres y en castillos, pero no con las ventanas abiertas y el mar de fondo, que incluso te puede dar cierta inspiración. A mí por lo menos no me molesta, no me dejo influir por cosas externas a la partida, normalmente. Además, esto no es una actividad masiva, pero si tiene una potencialidad tremenda como elemento educativo. A los niños les hicimos una pequeña exhibición y quedaron encantados. Creo que es una simbiosis entre la cultura, el turismo y el aspecto lúdico. Puede resultar muy provechoso.
-¿Por qué se resiste a los nuevos métodos de entrenamiento?
-Nunca he sido mucho de estudiar. Además, digamos que a las justas sé utilizar los ordenadores. Tengo un juego particular pero soy muy competitivo. Algunos chavales, a mi entender, apuestan demasiado por lo cibernético y, si combinasen ambas cosas tendrían un potencial aún mayor. Desdeñar la historia me parece un error, tanto para un jugador, como para cualquier persona en otros ámbitos de la vida.
-¿Siente todavía necesidad de vivir en el campo y cultivarlo?
-La gente que vive en el campo queda marcado por él para siempre. Yo tuve que trasladarme a Lima, a la capital una temporada y me faltaba algo. Me siento muy identificado con mi casa campestre y con el terreno. Ahora llevo ocho años viviendo en España, en Salamanca, con mi familia, pero esas ganas de volver al terruño -nunca mejor dicho- siguen ahí. Al margen de que España es un sitio fabuloso para vivir, digamos que en el piso estoy un poco como el canario en su jaula.
-¿Cómo lleva los viajes constantes para competir?
-Competir a este nivel es prácticamente incompatible con la vida familiar. Ahora, gracias a Internet, puedo ver únicamente las mejores partidas y mi actividad se limita casi a eso y a los torneos, con lo cual me viene bien para estar con mi familia. De otra manera, entrenando un montón de horas, no sé si podría seguir.
-¿Encuentra parecidos en el terreno y los cultivos de esta zona con los de su región?
-Aquí no conozco mucho, pero yo soy del sur del país, de la zona de Arequipa, que es costera y, en teoría, debería tener un clima tropical, pero no es así. Debido a las corriente oceánica apenas llueve y, salvo en los valles, que son como oasis gracias a los ríos que bajan de los Andes, es bastante seco. Aún así, plantamos casi de todo y con muy buen sabor. Yo soy de eso, de cultivar la huerta, no de la agricultura intensiva.
-¿Qué perspectivas de desarrollo le ve a su región?
-Todo se mueve por intereses de las grandes empresas y no importa tanto la gente. Pese a eso, creo que Sudamérica está encontrando su camino y tiene muchas posibilidades de mejorar.
-¿Y qué posibilidades cree que tiene usted en este torneo?
-Empecé bien, pero queda muchísimo, es muy largo. Va a haber una lucha muy cerrada, porque son gente muy joven, pero que van en serio y están preparados. Veo difícil que alguien pueda acabar en solitario en el primer lugar. Creo que será algo compartido.
-Del trato directo que tiene con los otros jugadores ¿Podría decir que son gente rara?
-Para nada. Hay muchos estereotipos y se supone que los jugadores de ajedrez deben ser gente excéntrica. Tenemos un perfil bastante más normal. Ni siquiera los mismos ordenadores son capaces de establecer con certeza como se desarrollan las partidas, así que tampoco se puede catalogar con un cliché a los jugadores.
Julio granda gran maestro de ajedrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario